El cielo llorará por nosotros.
Se pondrá a llover.
El cielo llorará por nosotros. Por ti.
Por todos esos “te quieros” ahogados. Ahogados por ti.
Por todos esos besos que no fueron besos y terminaron por salir en suspiros (por no acabar en ti).
Por todas esas miradas tan llenas de todo que eran indescriptibles e indestructibles; o así lo creía yo. Hasta que vi que lo destructible éramos nosotros. Nos rompemos y nos levantamos.
Yo estaba rota, y ahora me intento arreglar. Por ti.
Para hoy anunciaban lluvias. Pero no llovió.
Mientras te miraba de reojo. Mientras resoplabas cansado por mis bromas, pero con una sonrisa. Mientras rozaba mi índice con el dorso de tu mano y los acabábamos entrelazando, juntando los corazones con un hilo rojo. Mientras me aferraba a ti, protegiéndome; y tú te aferrabas a ti, protegiéndonos.
No. No ha llovido mientras nos queríamos con ese sutil velo translúcido; como con miedo de ser vistos (por tu parte), con miedo de asustarnos entre nosotros (por mi parte).
Pero lloverá. En algún momento el cielo llorará por nosotros, y por todos esos versos que no te recité aunque te estaban dedicados. Y por todas esas palabras que me dijiste aunque yo no era la destinataria. Por todas esas ideas que se nos borraron antes de proponerlas. Por todos esos minutos en que nos miramos y (aunque suene increíble) no nos besamos. Están perdidos. Todo está perdido. Ese tiempo, esos planes, esos versos, esos besos, esos… Yo también estoy perdida. Perdida por ti. Y tú también, perdido por mi cabeza, por donde siempre andas. Incluso el cielo está perdido entre sus nubes de azúcar y sus tormentas negras. La diferencia es que cuanto más nos perdemos en nosotros, más nos auto encontramos.
Es un placer perderme en ti. Y perderme por ti.
Está lloviendo y no sólo el cielo llora por nosotros mientras te escribo esto, aunque mi razón es llorar de felicidad por todo lo que aún queda por perdernos. Juntos.
P. D: Esta es, querido, la carta que años atrás escribí. Un 18 de octubre de 2017. Hoy estamos en un viaje al futuro que resulta ser 2019. La carta que te escribí y en la que nos describí. La que te escribí y nunca leerás, por que nunca te la enviaré, pero siempre la llevo conmigo, presente, en el alma. Usándola de recuerdo para no olvidarme de cuando éramos nosotros. Eres un bonito recuerdo sobre lo necesario que es crecer…Pero nunca olvidar.
Cualquiera sería afortunado de tener un nosotros contigo solo tienes que ver la cantidad de sentimientos que te componen... aún así todos son idiotas de ciegan con lo que no importa y miran hacia donde no deben y sinceramente estoy furioso eres una persona maravillosa y poses un corazón que no te cabe en el pecho es más no cabe en ninguna parte es tan grande y pesado que nadie asusta a la hora de cogerlo, sinceramente lo siento por ti pues en su día decidiste entregárselo a gente que no tenía la fuerza para sostener lo
ResponderEliminar