Querida ángel:

23 de abril:

Te echo de menos. Cada día más. Supongo que tener tus fotos al despertar no me ayuda a no pensar en ti todo el día. Pero me es imposible no tenerlas, por que cada noche me acuesto con la pesadilla de olvidar tu rostro. Olvidar tu voz, y tus caricias, y tus palabras.
A veces te pienso con tanta fuerza que me parece oírte por las transitadas calles de la ciudad. La fría e inundada ciudad.
Supongo que si de verdad estas ahí arriba, tienes una vista perfecta de todos mis errores; que si estas aquí abajo, sentirás la misma frustración que yo por no poder abrazarte.
Lo siento, supongo que al final te prometí demasiado al decir que intentaría ser fuerte, por que no tengo fuerzas ni para intentarlo.
Sigo teniendo atravesado el "te quiero" que me quedo por decirte. El que no te pudiste llevar. Y en mis brazos sigue pesando el abrazo que voy a tener que cargar hasta que pueda dártelo.
Y se que hoy no es tu día; ni es el tres de invierno ni es el 29 de enero, pero es que no necesito que sea alguno de esos días para echarte de menos.
Sigo llorando al ver tus fotos. Lo se, nos prometí a ambas que no lo haría, pero no puedo. Te noto tan cerca, tan real, tan presente, tan feliz, que destroza ver que lo único que puedo hacer es acariciarte en imágenes.
Este año va a hacer 5 que no estas. El pequeño vikingo cumplirá 7. Sigue dando la misma guerra que antes, aunque ahora habla mucho más. Ojalá que fuera a ti a quien llama mamá, aunque al menos quien tiene es una persona con un corazón igual de grande que el tuyo. Cada vez que me llama de la misma forma que yo te llamaba a ti, tengo ganas de llorar. Pero en vez de eso le abrazo con todas mis fuerzas y me da la sensación de que estas un poquito más cerca. Tiene la misma sonrisa inagotable que tu, y cuando estornuda a veces me parece escuchar tu voz diciéndole "salud mi amor", como siempre hacías y siempre hago yo desde que no estás. Gracias por dejarnos este regalo antes de marcharte.
Sigo llorándote como aquella vez, cuando me dieron la noticia. Sigue doliendo lo mismo. Llega el punto en el cual quiero seguir escribiéndote pero no puedo por que no veo nada y todo duele.
Que se te quiebre la voz es duro, pero que se te quiebren las palabras es mortal.
Te hecho de menos ángel, yo sola no puedo defenderme. Tu eras la único que conseguía callar las malas voces y los demonios. Tanto externos como de mi cabeza. Supongo que por eso te fuiste; un ángel como tu tenia que volver al cielo tarde o temprano.
Lo que maldigo fue todo lo que tuviste que pasar hasta llegar a eso. Toda la lucha que tuviste. Maldigo cada día que pasaste encerrada, como un pájaro que mira por la ventana sonriendo, soñando con la libertad... Pero al final no la consigue.

Para mi siempre vas a tener esa sonrisa en los labios. Siempre seras mi flor de loto.

Comentarios

  1. No me imagino el dolor y la pena, pues nada se compara a perder a un ser querido pero al leer tus palabras y escuchar tus escritos, te puedo asegurar que esa persona era maravillosa y que seguro tiene un lugar reservado en el cielo desde donde te mira y te cuida aunque no pueda estar a tu lado.

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