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Barcelona

Quiero que me recorras con la misma calma que te recorro yo a ti. Vendame los ojos y llevame a oscuras por cada uno de tus rincones más recónditos. Devórame por dentro con ansia viva.  Llena mi piel de tus marcas y arañazos, de tus pisadas. Inunda mis oídos de tus ruidos y tus gritos, de tus reproches y tus suplicas, de tus deseos de tenerme dentro. Hazme tuya, Barcelona.

Discordia

Palabras entrecortadas, inconexas las unas con las otras por el silencio que hay entre ellas. Pensamientos demasiado rápidos para el ritmo de la conversación. Pensamientos que abarrotan la cabeza, callada y oyente. Muerta pero a mil revoluciones. Cuerpo vacío, movimientos inertes, pero cabeza rebosante de petróleo y veneno. Apartada del hilo, en mi propia marea. Demasiado turbulenta para entrometerse, demasiado huracanada para salir de la mente. Risas silenciosas y miradas cómplices que no permiten a terceros entre ellas. Una distancias de diez mil kilómetros entre dos sillas. Un muro de hielo teñido de cariño ardiente, intocable, inalcanzable. Palabras entrecortadas que se escapan con el fin de existir, de estar, de ser alguien entre ellas. Pero que se quedan en nada. En señales de vida de un latido que nadie está dispuesto a escuchar.

How to treat you well

You are all  What I dream for But now I’m to awake to tread you like I should Baby could you please tech me How to love you well? I had been loving since a long time But I never feel this way You look at me like if I was an angel And I feel like hell when I can’t tell All the sweet things that you tell me When we are late in bed. You make me feel Magic You made me be brave But is obvious  That I don’t tread you like I should  I have been hurt, I have been left The world had me forgot  How to tread you well.

¿Te quedarás?

Tengo muchas palabras atascadas en la garganta. Conversaciones que se convirtieron en deseos por tu anhelo de no oírlas. Tengo muchas ansias de tus caricias en forma de miradas. De tus sutiles pestañeos en el momento más critico de la pregunta:  "¿Te quedaras?"  ¿Quedarme entre tus brazos? ¡Por supuesto! Nada en esta vida me gustaría tanto como volver a esos momentos, en los que tu y yo éramos uno, fusionados bajo la manta y dejando en la calle el frio invierno. Pero nada me confirma que si esta noche te respondo, sea tu abrazo el que me sirva de colchón. Y sin embargo me embargas el alma con esa pregunta casi susurrada, tan dulcemente. Como quien prueba veneno de sabor a fresa y se muere por volverlo a saborear. ¿Me quedaré? Que maravillosa pregunta. Cuantas cosas implican y que tan inocentemente la has soltado. Como un niño que pregunta si la magia es real.  Como yo cayendo de nuevo en el hechizo de tus melancolicos ojos y tu sonrisa a medio terminar. 

Primavera

Ayer era frío. Ayer era dolor. Y de repente hoy es primavera. Eterna y efímera como los pétalos de los almendros que ya están en flor. Efímera por la brevedad de su estada, eterna por la marca que deja. Guardada en los recuerdos que han vuelto y ya dejan ese regusto a despedida. Una primavera que no siento. Que noto como una herida abierta hecha hace mucho tiempo y que aún no ha llegado a cicatrizar. Me costó un año adecuarme a una nueva situación, a una nueva yo. Y cuando empezaba a cogerle el gusto a conocerme, apareció el regusto amargo de tener que dejar todo aquello que me había hecho feliz, para volver a lo que llamaba mi hogar, pero tenía escrito en el título “jaula”. Una pasada primavera que me había hecho creer que estaba donde debía estar, solo para arrebatármelo momentos después, sin darme tiempo a un abrazo, un beso, una caricia, una despedida.  Una pasada primavera que tenía aspecto de rosa, pero resulto ser solo espina, que no me dejo saborear esa última clara de los ...

RG1. Tordera - Barcelona Sants

Me ha durado el viaje un libro de poesía, 3 canciones sobre ti, y un mar infinito. La injusticia de que el tren este cada día más caro y tu  cada día más lejos. "Justicia poética"; que de poética solo tiene mis versos, y de justicia  lo que los locos tienen de cuerdos.

Un poco más

Lo recuerdo tan claro como mi emponzoñada mente me permite. De la 1a vez solo recuerdo caos. Oscuridad. Esa sensación de vivir un sueño y despertar de una pesadilla. Ese jodido umbral de no saber si fue real o si solo lo imaginé. Si el culpable del miedo es tu realidad o mi subconsciente. De la 2a vez no tengo salvación. A tu lado me sentía como un conejito indefenso que ha encontrado un lobo diferente. Segura de los demás peligros; envidiada y temida por los de mi mismo pellejo. Acurrucada en un cálido manto de piel de depredador. Acurrucada como aquel día, bajo el que proclamamos nuestro árbol. Nuestro lugar. Una marca en la tierra de que tú y yo habíamos decidido existir juntos, compartiéndonos. Empezaste poco a poco, como siempre. Nada demasiado cantoso, todo teñido por el sutil velo de estar enamorado. De querer quererme más. De intentar acariciarme el alma. De tocarme el corazón. Una desgracia que mi piel estuviera de por medio, ¿no? Decidiste que entrarías en mi interior, sí o s...